Hoy no te pido un beso, niña amada
no imploro de esa boca ningún don
ni quiero confundir mi lengua con
la tuya: Mi medida está colmada
Sólo pido que el sol de tu mañana
amanezca en la sombra de mi tarde
que acurruques y abrigues al cobarde
quien se atrevió a rozar tu tez lozana
No me des sino el bálsamo fragante
que destila febril entre tus piernas
y me embelesa con promesas tiernas
Prométeme, Sugeil, que en ese instante
te entregarás —perversa y arrogante
o sumisa y pueril, ¡como tú quieras!—
Sunday, December 03, 2006
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