Hoy no te pido un beso, niña amada
no imploro de esa boca ningún don
ni quiero confundir mi lengua con
la tuya: Mi medida está colmada
Sólo pido que el sol de tu mañana
amanezca en la sombra de mi tarde
que acurruques y abrigues al cobarde
quien se atrevió a rozar tu tez lozana
No me des sino el bálsamo fragante
que destila febril entre tus piernas
y me embelesa con promesas tiernas
Prométeme, Sugeil, que en ese instante
te entregarás —perversa y arrogante
o sumisa y pueril, ¡como tú quieras!—
Sunday, December 03, 2006
Friday, October 20, 2006
Despojos
No era mi corazón el que latía
ni mis venas pulsaban tono alguno
sino el mínimo andar de un talle bruno
que repiqueteaba el alma mía
Ya nada recordaba, no sentía
ni pena ni pasión... ¿Dolor?... Ninguno
sólo mi cuerpo de tu cuerpo ayuno
sangraba mares de melancolía
Mi aliento extinto yace junto a esos
magros restos de mí, pellejo inerte
aferrándose al sueño de tus besos
Mas no lamento nada, ¡tuve suerte!
agradezco a la Vida tus excesos
y que tu vida me causó la muerte
ni mis venas pulsaban tono alguno
sino el mínimo andar de un talle bruno
que repiqueteaba el alma mía
Ya nada recordaba, no sentía
ni pena ni pasión... ¿Dolor?... Ninguno
sólo mi cuerpo de tu cuerpo ayuno
sangraba mares de melancolía
Mi aliento extinto yace junto a esos
magros restos de mí, pellejo inerte
aferrándose al sueño de tus besos
Mas no lamento nada, ¡tuve suerte!
agradezco a la Vida tus excesos
y que tu vida me causó la muerte
Sunday, September 03, 2006
Fiel de la balanza
Cuánta razón tenían, sí, los doctos
filósofos sagaces de la amántica
cuando filosofaban que en romántica
se pueden prometer sólo momentos
Y de dos que se quieren uno más
ama, y el otro casi nada o nada
Una es el alma infiel y afortunada
fiel la otra y desdichada, cruel jamás
Pues de dulces crueldades Uno vive
y sin esfuerzo Otro ama a veces
siendo, más bien, a no sufrir proclive
no pierde el tiempo con ridiculeces
en espera quizá de quien cautive
su ser y la miel cóbrele con creces
filósofos sagaces de la amántica
cuando filosofaban que en romántica
se pueden prometer sólo momentos
Y de dos que se quieren uno más
ama, y el otro casi nada o nada
Una es el alma infiel y afortunada
fiel la otra y desdichada, cruel jamás
Pues de dulces crueldades Uno vive
y sin esfuerzo Otro ama a veces
siendo, más bien, a no sufrir proclive
no pierde el tiempo con ridiculeces
en espera quizá de quien cautive
su ser y la miel cóbrele con creces
Bajo llave
En un baúl guardé dos tersos ojos
la miel de unas caderas, y el sutil
reírse de esa sarta de marfil
agazapada tras tus labios rojos
Metí también suspiros y sonrojos
la suma de tus pechos y el febril
tañido de tu cuerpo en el viril
infierno primeval de mis antojos
Perdí luego las señas de la llave
y la llave y la caja y yo también
muriendo me extravié en tu aroma suave
Y te hallé, a la orilla del Edén
mi universo creabas, tenue ave
del Paraíso, !y yo latía!.., ven
la miel de unas caderas, y el sutil
reírse de esa sarta de marfil
agazapada tras tus labios rojos
Metí también suspiros y sonrojos
la suma de tus pechos y el febril
tañido de tu cuerpo en el viril
infierno primeval de mis antojos
Perdí luego las señas de la llave
y la llave y la caja y yo también
muriendo me extravié en tu aroma suave
Y te hallé, a la orilla del Edén
mi universo creabas, tenue ave
del Paraíso, !y yo latía!.., ven
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