Libre ya de la muerte, se desprende
mi carne toda hueso a hueso, mas
de la tuya no sé cómo, quizás
se desprenda si muero nuevamente
Se escurre, liberada de su suerte
mi sangre roja vaso a vaso, mas
la tuya sigue ahí, ¿y en cuántos más...
persistes más allá de tanta muerte?
Y de tanto escurrir y desprenderse
mis entrañas, mis lágrimas, mi piel
mis despojos de tu memoria henchirse
añorar mi razón hiel de tu miel
y mi alma buscar donde esconderse
me duele más que sí, ¡fui siempre fiel!
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